Buscando generar mayor oxígeno y menos superficies pavimentadas, así como limpiar el aire, regular la temperatura y la humedad y concebir infraestructuras que permitan desarrollar sistemas integrales sostenibles, los techos verdes se han convertido en una alternativa ecológica eficaz.
El aumento de tránsito vehicular, la concentración de grandes edificaciones y los altos niveles de polución han convertido a nuestra agitada ciudad en un entorno ambientalmente desequilibrado. Por ello, buscando una adecuada armonía entre las construcciones y el entorno donde éstas se ejecutan, los techos verdes se vienen desarrollando como una técnica paisajista que en la actualidad resulta beneficiosa para las edificaciones.
MÚLTIPLES VENTAJAS
Un techo verde posee características de mejor inserción en el mundo que ahora vivimos, tanto para lugares fríos como cálidos. Los efectos estéticos, el sistema físico constructivo y las soluciones para el confort ambiental se encuadran en una demanda esperada en lo que a calidad de vida se refiere.
El techo de este tipo es una técnica arquitectónica que consiste en la aplicación y uso de vegetación sobre una capa impermeable, generalmente instalada en la azotea de residencias, fábricas, oficinas y otras edificaciones. Lo mejor es que no sólo produce mejoras en la construcción, sino que además genera beneficios al entorno.
Las principales ventajas de este sistema, destacando entre estas la facilidad de drenaje y la proporción de aislamiento térmico y acústico que crean un diferencial estético y ambiental en inmueble.
Además de un aislamiento comprobado y un sistema de drenaje que permite eliminar el exceso de agua inclusive en caso de lluvias inesperadas, el techo verde debe contar con un sustrato adecuado que permita un buen desarrollo de raíces como el paso del agua y de soporte para las especies vegetales elegidas en el jardín a desarrollar.
Es importante tener en cuenta que sólo se pueden cultivar techos verdes sobre estructuras preparadas para resistir el peso y la humedad que éste genera. En su construcción es preciso prestar especial atención a la impermeabilización del lugar donde será implementado, para no comprometer a la edificación con infiltraciones futuras.
Los drenes utilizados para el drenaje dimensionado en función del área del techado debe contar con protección para el pase libre del agua con una inclinación de por lo menos el 2%, soportando la estructura un mínimo de 300 kg/m2.
La correcta elección de los materiales que componen la capa de filtro es importante para prevenir la pérdida de partículas, además de un drenaje eficiente donde su espesor variará de acuerdo a la capa del suelo o sustrato presente en el techado. Del mismo modo, el agua drenada podrá ser almacenada y aprovechada para futuras irrigaciones, dependiendo todos estos factores de un proyecto previo que detalle los materiales y técnicas que compondrán el futuro techo verde.
VALORIZANDO LA EDIFICACIÓN
El techo verde proporciona un ambiente mucho más fresco que otros techos manteniendo el edificio protegido de temperaturas extremas especialmente en el verano, reduciéndola hasta en 3°C. Asimismo en ambientes extremadamente artificiales (como los urbanos) promueven el equilibrio ambiental aumentando los beneficios orientados hacia la salud pública, además de enriquecer la biodiversidad con techos elaborados con plantas nativas de la localidad. En ocasiones, estos techos cuentan con paneles solares que reducen el consumo de energía eléctrica, dándole un valor agregado al paisajismo trabajado en la edificación.
Diversos estudios de bioclima indican que con el uso de techos vivos es posible mejorar hasta en un 90% las condiciones térmicas al interior de la edificación sin recurrir a sistemas de climatización o aire acondicionado artificial, mejorando además las condiciones termo acústicas del edificio tanto en invierno como en verano.
Estos sistemas mantienen la humedad relativa constante que rodea al edificio, creando un microclima y purificando la atmósfera en el entorno del mismo que finalmente va a generar un microecosistema. Contribuyen también a la lucha contra el calentamiento global creando al mismo tiempo armonía, belleza y bienestar entre los residentes. Desde un lado estético, los techos verdes se han convertido en un excelente atractivo para los centros comerciales, tornándolos más visibles incluso cuando están distantes de lugares estratégicos.
PLANTAS EMPLEADAS
Además del grass, estos techos pueden incluir flores y arbustos, de preferencia las plantas locales más resistentes a la sequía y que exijan poco riego y poda. Lo ideal es trabajar con elementos de pequeño tamaño, raíces no muy profundas y que exijan un mínimo de mantenimiento.
Las mejores plantas son las suculentas, pues contienen agua en sus tejidos y son muy resistentes a la falta de este recurso como la Portulaca grandiflora o flor de seda; Kalanchoe o escarlata, entre otras. Por otro lado, la Acalypha reptans, Dichondra repens u orejita de ratón, Lantana cámara o bandera española, así como la Clusia fluminensis, Eragostris curvula, tradescantia pálida y Esparragus son buenas alternativas por ser especies de medidas pequeñas que no necesitan irrigación intensa.
El mantenimiento (en la parte vegetal) se centra en el desarrollo de las plantas con las mejores condiciones porque el medio en el que se desarrollan no es natural por lo que cualquier deficiencia puede generar estrés y/o mortandad de dichos elementos. La frecuencia del mantenimiento, riego, fertilización y poda de raíces dependerá de las especies escogidas en el proyecto y el objetivo del mismo.
COMPOSICIÓN
Es preciso prestar atención a la impermeabilización de la losa donde se colocará éste, evitando perjudicarse con infiltraciones futuras. En ese sentido es necesario elegir correctamente los materiales, además de evitar la pérdida de partículas del suelo con un drenaje eficiente. El agua drenada puede ser almacenada y aprovechada para futuras irrigaciones desarrollando un buen sistema de manejo de aguas.
Para el aislamiento se utilizan normalmente geo membranas de PVC o HDPE y mantos asfálticos, mientras que para el drenaje existen diferentes productos como capas de poliestireno tallados, geodrenes de plástico resistente y también piedras de canto rodado pues cuentan con un peso mayor.
El sustrato es quizá el material que definirá el éxito o fracaso del techo verde porque es el encargado de suministrar soporte y nutrición a las plantas. Este debe tener además una textura plástica y permeable para que no se compacte (la altura de cada una de estas capas dependen del espacio a intervenir.
ELEMENTOS A CONSIDERAR
1.Losa.- Elemento estructural donde deben ser consideradas las cargas permanentes y accidentales (también puede ser utilizado otro soporte estructural).
2.Capa impermeabilizante.- Tiene la función de proteger el elemento estructural de infiltraciones.
3.Aislante térmico.- Es utilizado de acuerdo con la incidencia de la energía solar que el techo absorbe (poliestireno extruido puede ser utilizado para este caso).
4.Capa de drenaje.- Tiene como función dar salida al exceso de agua, y puede hacerse de arcilla expandida, grava, etc., siendo fundamental para el sistema. Su espesor puede variar de 7 cm a 10 cm.
5.Filtro.- Evita que el agua de las lluvias y los riegos arrastre las partículas del suelo del techo verde (normalmente se utiliza una manta geo textil).
6.Suelo.- Sustrato orgánico que debe tener un buen drenaje, de preferencia un suelo arcilloso que tenga una buena composición mineral de nutrientes para el desarrollo de las plantas. El espesor varía con el tamaño de las plantas y cuanto más grande sea la planta mayor deberá ser la profundidad del suelo.
7.Vegetación.- Para la elección es necesario conocer el clima, el tipo de sustrato y mantenimiento que será adoptado en el techo.
OPCIÓN QUE CUIDA EL ENTORNO
Los techos verdes se han convertido en una alternativa para el déficit de áreas verdes en nuestra ciudad, destacando características que contribuyen y aportan positivamente al ambiente. Estos actúan como regulador de temperatura, reduciendo el calor y creando un ambiente agradable y fresco, mientras que en época de frío retiene el calor.
En el mundo, las grandes ciudades con poca salida de agua han optado por aumentar el uso de este tipo de techos, pues retienen el agua de lluvia, absorbiéndola mucho mejor.
Estos sistemas actúan como una barrera vegetal de atenuación de ruidos molestos, disminuyendo la cantidad de decibeles que contaminan el entorno, obteniendo un óptimo entorno acústico.
Es importante destacar que además de la mayor durabilidad que poseen cuando reciben el mantenimiento adecuado y la belleza estética que ésta aporta a la edificación, la valorización del inmueble se incrementa mucho más. Finalmente las condiciones de vida adicionales que se generan para las aves e insectos que se desarrollan en este entorno, se convierten en un beneficio no sólo para los residentes, sino también para el ecosistema, aportando sostenibilidad y equidad.