No es un secreto que la vida en el jardín ayuda a los niños en su desarrollo. Como una actividad de desarrollo físico los mas pequeños incorporan habilidades locomotoras, habilidades de manejo corporal y habilidades de control de objetos mientras se mueven de un lugar a otro llevando herramientas, tierra y agua. Ademas los niños aprenden responsabilidades, observan las relaciones entre causa y efecto dentro del jardín. Al mismo tiempo ellos desarrollan una mayor comprensión y aprecio por la naturaleza y su funcionamiento. Un niño que cultiva una huerta comprende mejor de dónde proviene la comida y valora el proceso y el trabajo que conlleva la producción de alimentos saludables.
Lo primero que debemos hacer es pensar en actividades que sean divertidas, fáciles de hacer y no tomen mucho tiempo. Llenar las macetas con tierra es algo sencillo, porque no decorarlas con ellos también?
Pensar en implementos adecuados para sus expectativas y tamaño, pueden ponerse guantes coloridos para no dañarse las manos, pero también es importante que puedan tener palas pequeñas y regaderas que puedan cargar y usar sin mucho esfuerzo.
Planten cosas dentro de casa para que puedan ver rápidamente el progreso de una germinación. Quién no ha colocado un frijol con un algodón mojado en el fondo de un vaso de vidrio no ha tenido infancia!
Escojan plantas fáciles de crecer como por ejemplo tomates, lechugas, rábanos, frejoles, arvejas y flores como pensamientos o caléndulas.
Deja que los niños se ensucien, entren en contacto con los elementos, el agua la tierra, que busquen gusanos y reconozcan los insectos del jardín. Explícales a ellos qué función cumplen cada uno de los insectos en la naturaleza.
Aprende a hacer compost en casa y verás como se divierten los niños mientras aprovechas para enseñarles que están haciendo la tierra para sus propias plantas!